CURSO 2017/2018 – 3.ª CRÓNICA
Empieza el tiempo pascual y las niñas en el Colegio lo viven intensamente; como les comentamos anteriormente, lo que más disfrutan es el poder cantar ¡Aleluya! y bien que lo hacen… Las alumnas de la M. Laura no dan crédito a que Jesús pueda comer pescado con los agujeros de las llagas en las manos. Cuando la M. Laura les explicó que las llagas estaban curadas; es decir que no había agujero, una de sus alumnas le rebatió: “S’il vous plaît, Ma Sœur, les plaies de Jésus ne s’effacent pas” (Perdón, Ma Sœur, las llagas de Jesús no desaparecen). Para otras de CI María Magdalena confundió a Jesús con el cocinero… en fin… ¡van entrando en el meollo de la Resurrección!
Álvaro Burgaz y Joan Alonso llegaron a Kalalé el sábado 7 de abril, como voluntarios enviados por nosotros, para ayudar al P. Satur, que los acogió como a sus “hijos” y casi no les hemos visto, sino en las Misas de los Domingos.
Un día, la M. Laura paseaba rezando el rosario por las zonas más recónditas de nuestro terreno, cuando oyó ruidos como de ramas de árbol… mirando arriba, vio a dos jóvenes Peulh cortándolas con un coup coup. Eran chicos de unos 13, 14 años. Uno de ellos, de Bobená, estaba muy arrepentido, pero el otro, hermano de Ayssiatou, la peulh que tanto conocen de las crónicas, ni un poco. En unos días vinieron a casa la hermana y los padres del joven de Bobená para disculparse y para decirnos que en reparación iban a inscribir a su hermanita pequeña en el Colegio.
El 13 de abril llegaron las merecidas vacaciones del último trimestre, que las internas y nosotras recibimos con entusiasmo. Fueron días de descanso con otro tipo de actividad: viajamos a Parakou para participar en el 1er Fórum de religiosos dedicados a la Educación. El sábado 21, se unieron nuestras dos voluntarias para continuar el camino hacia Kpari, donde visitamos a las Hnas. Argentinas, recorrimos todo el pueblecito hasta que finalmente dimos con la casa, cuidadísima. Nos recibieron con su hospitalidad acostumbrada. Cristina y Sandra (las dos voluntarias) tenían una habitación en un edificio aparte y estaban encantadas. Nos enseñaron su escuelita que forma parte de un proyecto para ayudar a jóvenes que han accedido tarde a la Educación. Tienen unos 45 alumnos de diversas edades.
El día siguiente, domingo 22 de abril, era el día del Buen Pastor y Jornada mundial de las vocaciones y tenían Misa en la parroquia. Había algunos sacerdotes y Religiosas de Parakou que dieron testimonio de su vocación.
Hemos bendecido a Dios por nuestras voluntarias, pero ninguna es comparable a nuestra Madre “voluntaria”, la M. Paula Aranzábal. Se integró en la Comunidad desde el primer momento, gozando de la sencillez de estas tierras y viendo sólo lo bueno por todas partes. Nos ha ayudado muchísimo en los refuerzos y en mil y una cosas; especialmente pasando tiempo con las niñas, disfrutando con ellas e interesándose por cada una como nosotras no llegamos a poder hacerlo. Ha sido una bendición que nos ha sabido a poco… ya estaba dominando el francés con sus frases proverbiales: Ce n’est pas facile; jolie, jolie; ce n’est pas bon. ¡La esperamos otra vez por aquí si Dios quiere!
A finales de abril, el Señor nos envío una Marcelina. Llegó a casa una niña de Kalalé de unos 13 años diciendo que su corazón le había dicho que viniera aquí; que Dios se lo había dicho… Se llama Roukayatou. Con un francés muy rudimentario nos dijo que quería quedarse con nosotras, que su padre había muerto y que su madre no sabía dónde estaba. Vivía con su hermana mayor y no quería volver con ella. Investigamos aquí y allá y nos dijeron que la hermana era muy severa; que sólo eran hermanas de padre y que su madre estaba en Nigeria y no sabían dónde. La niña se escapaba de casa en su busca, pero cómo no sabía dónde quedaba Nigeria, acababa en Bouka. El responsable del Centro Social la conocía y nos dijo que era un poco “inestable”; que la habían intentado ayudar enseñándole la costura, pero que no era constante… que creía que le podía hacer bien estar con nosotras. Aún no hemos conseguido ver a su hermana y la hemos dejado en casa por el momento. Ha empezado el colegio e iremos viendo qué quiere el Señor de ella.