

Testimonio
TENGO SED DE TI
Varios días después de haber llegado de África-Benín y todavía con dificultades para meterme de lleno en la vida de aquí, de Madrid, me dispongo a intentar plasmar por escrito, lo más escuetamente posible, en qué ha consistido esta experiencia, cómo la hemos vivido y qué frutos de ella hemos sacado. Tarea harto complicada, implica remontarse a aquel caluroso 12 de julio, cuando emprendíamosla Misióna penas conociendo la grandeza de lo que en Benín íbamos a encontrar. No faltaban ganas y deseos, ni corazones abiertos, pero el Señor nos iba a sorprender saliendo a nuestro encuentro. Si bien, no adelantaré acontecimientos…
Pues bien, el cómo surgió la idea del viaje ya nos lleva a la convicción de quela Misiónera Obra de Dios. El verano pasado,la Madre Lora-Tamayo, Superiora General dela Compañíadel Salvador, tuvo conocimiento de la experiencia misionera vivida por un grupo de jóvenes pertenecientes a FUNDEBE (Fundación para el Desarrollo de Benin) y ala Parroquia Bautismodel Señor en aquellas tierras africanas. Movida por estas experiencias, comienza a dibujar en su cabeza el perfil de la idea: organizar la posibilidad de que un grupo de alumnas del Colegio Mater Salvatoris entren en contacto y conozcan la cruda realidad del África subsahariana. Encomienda la misión ala Madre Claraquien se pone manos a la obra y la idea toma cuerpo y forma: un grupo de veintiséis parten, varios días antes de la celebración de Nuestra Señora del Carmen, hacia Benín, vía París; en cada mano, maleta y caja con medicinas/ ropa y con ganas de dar más que recibir.
Qué gran diferencia entre el África que uno cree conocer desde España a través de las noticias de los periódicos y de la televisión sobre guerras, enfrentamientos, catástrofes naturales, hambre, miseria, sequía, corrupción, etc. Es verdad que eso es África, mas a día de hoy no soy la única que afirma que la otra cara del continente africano es la de una naturaleza salvaje, la de miles de diferentes dialectos, la de olores intensos y no del todo agradables, la de exquisitas piñas y aguacates, la de miradas expresivas cargadas de significado, la de sonrisas y carcajadas infantiles, la de partidos de fútbol informales, la del regateo; el África de familias numerosas, de madres trabajadoras, de dispensarios, de condiciones precarias de vida y ganas de luchar para sobrevivir, de técnicas agrícolas rudimentarias, de caos circulatorio y contaminación. Pero, sobre todo y por encima de todo, el África de la esperanza, del color verde de los árboles durante la estación de las lluvias; un continente donde trabajan personas extraordinarias, misioneros empapados dela Graciade Dios.
Tuvimos la enorme suerte de poder entablar conversación con varios de estos misioneros: Sor Encarna, Sor Julia, Sor Cristina y algunos Capuchinos. Durante estas tres semanas, el Señor ha puesto en nuestro camino grandes testimonios de vidas dedicadas a los más necesitados (en palabras dela Madre Teresade Calcuta, “a los más pobres de entre los pobres”) a través de la educación (Dominicas dela Anunciata), de la prestación de servicios hospitalarios (Hermanos de San Juan de Dios), etc.
Para conocer realmente el verdadero rostro de África, hay que pisar su tierra rojiza y dejarse “tocar” por su encanto: cuando se comenta que África engancha, no falta razón alguna, es en este continente donde uno se encuentrala Verdadsobre sí misma; no engancha África, sino engancha Nuestra Verdad.
Asimismo, hemos entablado una profunda amistad con las Hermanas Misioneras de la Caridaddel orfanato que tienen en Cotonou. Hemos podido meditar y dejar que lo que Dios iba comunicando a través de ellas, reposase y enraizase en el corazón disfrutando de la compañía del Señor expuesto en el Santísimo de su sencilla pero acogedora capilla presidida por un Cristo de madera que invitaba a saciar su Sed de nosotras. “Tengo Sed de Ti”.
Nuestro “paseo” por tierras beninesas (Cotonou, Ouidah, Porto Novo, Parakou, Bembereke, Tanguiéta, Ina, Natitingou, Abomey y Nikki) ha ido acompañado de una transformación espiritual, de conversión del corazón. Desde el primer momento el Señor ha salido a nuestro encuentro y lo afirmo rotundamente y con la plena seguridad de que así ha sido: de que el Señor se nos ha dado y se ha valido de cada “negrito” al que hemos hecho bien. Desperdiciamos buena parte del tiempo buscando a Dios en lo extraordinario, incapaces de reconocerle en Todo, en Todos, en lo ordinario: en el milagro de cada día. El Señor nos ha hablado de la necesidad de vaciarnos de nuestros apegos (tantas cosas que creemos imprescindibles y que no hacen sino distraernos) y de dejarnos llenar por Él. Él, que es el Amor, nos ha pensado desde la eternidad y nos ha “grabado en la palma de su mano” (Isaías) y nos invita a abrazar su Voluntad para hacerla realidad en nosotras y alcanzar la felicidad, la plenitud. ¡Qué Gracia haber caído en la cuenta de tal Verdad! Tan solo despojadas y en la desnudez material, Él podrá hacerse con las riendas de nuestra Vida para hacer de ellas un testimonio vivo de su Amor. Con las siguientes palabras lo explica la Madre Teresa: “El corazón necesita vaciarse de cosas innecesarias para poder llenarse de Dios: sólo llenos del don de Dios podremos ver a Cristo en el prójimo. No vivir esta virtud abre paso a la infidelidad que busca llenar el corazón de cosas que ocupan sitio y le esclavizan.”
África ha resultado toda una experiencia del Señor en mi vida. Con una cruz de madera y una medalla dela Madre Teresacolgadas del cuello, no puedo sino reafirmarme que el Señor nos quiere llenas de Él, santas y sencillas. Ha sido en la sencillez de África donde ha salido a nuestro encuentro, ahora no puedo darle la espalda. He recibido tanto que no puedo ignorar sus exigencias.
Como en cierta ocasión me dijo todo un sabio, el problema de la pobreza en África reside, en gran medida, en la hipocresía de Europa; en su soberbia de creer que existe un Primer y un Tercer Mundo. Para que el continente salga adelante probablemente tenga que pasar mucho tiempo, pero lo acabará haciendo dado que cuenta con grandes personajes, dotados de una inteligencia tal, y con los pies en la tierra, que han experimentado en su día a día el esfuerzo que supone la lucha por sobrevivir y tratar de sacar adelante una familia.
Finalizo con unas palabras de agradecimiento al Colegio Mater Salvatoris y ala Compañíadel Salvador. Aunque por encima de todo, y como es de bien nacidos el ser agradecido, es al Señor a quien hay que darle las gracias por habernos elegido, con nuestras miserias y torpeza, para salir a nuestro encuentro en Benín.
TENGO SED DE TI
Mucha gente, especialmente en Occidente, piensa que el dinero da la felicidad. A mí me parece que si eres rico debe ser difícil ser feliz, porque, con tantas cosas en que pensar puede costar mucho llegar a ver a Dios… Sin embargo, si Dios te ha dado el don de la riqueza, úsalo para su fin: ayuda a los demás, ayuda a los pobres, crea empleos, da trabajo a los demás. No malgastes tu riqueza porque disponer de comida, de un hogar, de dignidad, libertad, salud y educación es un don de Dios y, por esta razón, debemos ayudar a los que son menos afortunados que nosotros.
Madre Teresa de Calcuta.
Artículo publicado en Alfa y Omega
Fátima Tornero Lora-Tamayo – Estudiante de 2º de Derecho y ADE
- 13 Oct 2014
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